¿TOMAR, LLEGAR O DESTRUIR EL PODER?

"la revolución no se puede entender como una respuesta, sino sólo como una pregunta"
John Holloway

Durante muchos años, y sobre todo en los círculos dirigentes de esta sociedad, se habla sobre la toma del poder, sobre como conquistar este poder, y de esta manera usarlo correctamente. Donde no existan las injusticias, donde la igualdad no solo sea un cliché, donde el centralismo parece ser la respuesta para los problemas de las clases populares. Evidentemente y luego de las experiencias que se han dado a lo largo de la historia el comunismo y el socialismo no cumplieron con las metas propuestas, es más las nuevas cúpulas dirigentes de esta nueva forma de Estado no funcionaban de una manera muy diferente a lo que era en los países capitalistas.

Claramente en los Estados capitalistas, las cosas no funcionan de una manera silenciosa, pero mortal, ya que como bien sabemos esta democracia liberal, no tiene mucho de llamarse democracia, donde el poder del pueblo se ve relegado a un voto, todas nuestras opiniones, nuestros aportes, nuestra forma de ver el mundo se ve reducida a un pedazo de papel, donde tenemos que decidir, como si fuera poco, por un candidato previamente escogido por la elite burguesa.

Pareciera que la alternativa de no estar con el poder, el de escoger una camino distinto a esta dicotomía de gobierno parece descabellado, pero claramente es una opción, según como veo las cosas, más acertada y verdadera en el sentido de que la manera de crear nuevas formas de organización social, de atacar problemas como la falta de libertad, la desigualdad, y muchos otros dilemas que son tan comunes de ver en las sociedades contemporáneas no se resuelven a través de la mano del Estado, o de la institucionalidad del capitalismo, ya que este tipo de organización son ajenas a lo que realmente pasa en nuestras vidas, son instituciones que perpetúan la desigualdad social y es más la promueven como bandera de lucha. Es decir, el cambio real no va por el control de los medios de producción, o por el control del aparataje estatal, tampoco con la creación de un nuevo poder, por que como bien sabemos, este es la génesis de autoridades, de no permitir el desarrollo real de cada individuo, de no permitir el libre actuar de un colectivo, vale decir, engendra lo que es contrario a nuestra visión de las cosas.

La lucha debe ser por una deserción del poder, debe ser por la abolición de este mismo, sin este se abren nuevas posibilidades que por medio de organización popular deben ser resueltas, es decir, donde participemos realmente. Si queremos un nuevo poder que nos dicte lo que debemos y no debemos hacer estamos siendo ingenuos, la revolución social se basa en una búsqueda de nuevas organizaciones, de nuevas maneras de ver el mundo, de un nuevo mundo, donde las desigualdades, de cualquier tipo no pueden ser incluidas, donde tengamos las mismas oportunidades, lo que es contrario al poder, donde tengamos la posibilidad de poder desarrollarnos todos los que conformemos parte de una comunidad, lo que es contrario al poder, es decir, el cambio es por la destrucción del poder como tal, como garante de las desigualdades y la falta de libertad. La guerra social en la que vivimos nos impone, una clase, un poder, una institución, pero la alternativa a estas formas de control de las que disponemos abre una gama de luchas, pero siempre con el mismo fin, la revolución social.

Como dijo por allí Severino di Giovanni antes de ser fusilado por el poder "¡ ¡¡ Evviva l\'Anarchia !!!"

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